El dolor crónico es una de las principales causas de limitación funcional y baja calidad de vida. A diferencia del dolor agudo, puede persistir durante meses o incluso años, afectando no solo al cuerpo, sino también al estado emocional y social de la persona. En este contexto, el ejercicio terapéutico se ha convertido en una de las herramientas más eficaces y respaldadas por la evidencia científica para su tratamiento.
¿Qué es el dolor crónico?
Se considera dolor crónico aquel que persiste más de 3 meses, incluso cuando la lesión inicial ya ha cicatrizado. Puede aparecer en patologías como:
- Dolor lumbar crónico
- Cervicalgia persistente
- Fibromialgia
- Artrosis
- Tendinopatías crónicas
En muchos casos, el dolor no se explica únicamente por un daño estructural, sino por una alteración en la forma en que el sistema nervioso procesa el dolor.
Puedes ampliar esta información en la web https://www.dolor.com/areas-de-interes/dolor-cronico/clasificacion-del-dolor-cronico-segun-la-oms
¿Por qué el ejercicio terapéutico es fundamental en el dolor crónico?
Durante años se recomendó el reposo como solución al dolor. Hoy sabemos que esto puede empeorar el problema. El ejercicio terapéutico, bien pautado y supervisado por un fisioterapeuta, ayuda a:
- Reducir la sensibilidad al dolor
- Mejorar la función y la movilidad
- Aumentar la fuerza y la resistencia
- Recuperar la confianza en el movimiento
- Disminuir el miedo al dolor y a la actividad

Ejercicio terapéutico ≠ ejercicio genérico
No todo ejercicio es adecuado para una persona con dolor crónico. El ejercicio terapéutico se caracteriza por:
- Estar adaptado a cada persona
- Tener un objetivo terapéutico concreto
- Progresar de forma gradual
- Respetar los tiempos y la tolerancia al dolor
Copiar rutinas de internet o realizar ejercicio sin supervisión puede generar frustración o aumentar los síntomas. Por eso, la evaluación previa es clave.
¿Duele hacer ejercicio si tengo dolor crónico?
Una de las preguntas más frecuentes es:
“¿Es normal que duela al hacer ejercicio?”
La respuesta es: sí, a veces, y no siempre significa daño. En el dolor crónico, el sistema nervioso puede estar más sensible, y ciertas molestias durante o después del ejercicio son esperables.
El objetivo no es evitar cualquier sensación, sino aprender a interpretar el dolor, controlar la carga y avanzar de forma segura.
Puedes leer más sobre el papel del dolor en el movimiento en la web de Explain Pain (enfoque educativo basado en neurociencia):
https://www.noigroup.com/
Beneficios del ejercicio terapéutico a largo plazo
Cuando el ejercicio se mantiene en el tiempo, los beneficios van más allá del dolor:
- Mejora del estado de ánimo
- Aumento de la autonomía
- Mejora del sueño
- Reducción del consumo de medicación
- Mayor calidad de vida
Además, el ejercicio empodera al paciente, convirtiéndolo en una parte activa de su recuperación.
¿Qué tipo de ejercicios se utilizan?
Dependiendo del caso, el fisioterapeuta puede trabajar con:
- Ejercicios de movilidad
- Ejercicios de fuerza progresiva
- Control motor
- Ejercicio aeróbico adaptado
- Ejercicios de exposición gradual al movimiento
No existe un único ejercicio “perfecto”, sino un programa personalizado que evoluciona con la persona.
Ejercicio terapéutico basado en la evidencia
La fisioterapia moderna se apoya en la evidencia científica para tomar decisiones clínicas. Organismos como el National Institute for Health and Care Excellence (NICE) recomiendan el ejercicio como tratamiento principal en múltiples patologías crónicas:
https://www.nice.org.uk/
Conclusión
El ejercicio terapéutico en el dolor crónico no busca eliminar el dolor de un día para otro, sino recuperar la función, la confianza y el control del cuerpo. Con la guía adecuada, el movimiento deja de ser una amenaza y se convierte en la mejor herramienta de recuperación.
Si sufres dolor persistente, un fisioterapeuta especializado en ejercicio terapéutico puede ayudarte a diseñar un plan seguro, progresivo y adaptado a ti.
