Hoy hablamos de una enfermedad reumática: la artrosis. Se estima que 1 de cada 4 personas en nuestro país la sufre. Son más frecuentes en las mujeres que en los hombres y a partir de los 50 años de edad.
La artrosis es una degeneración que sufre el cartílago que al lesionarse afecta a las articulaciones produciendo dolor, rigidez e incapacidad funcional. Normalmente, está localizada en las rodillas, las manos, la cadera o la columna vertebral. El dolor que provoca impide, muchas veces, que la persona que la sufra pueda realizar con normalidad movimientos tan cotidianos como caminar, subir o bajar escaleras o cerrar las manos.
¿Cómo se producen las deformaciones de esta enfermedad reumática?
Al deteriorarse el cartílago articular los huesos se van desgastando, reaccionan y crecen por los lados produciendo las deformaciones. El cartílago desempeña un papel muy importante ya que es la superficie de amortiguación y deslizamiento entre los extremos óseos que forman las articulaciones.
¿Cómo me puede ayudar el fisioterapeuta?
El tratamiento para la artrosis debe ser multidiciplinar, es decir, colaboran en él el médico de cabecera, el reumatólogo y el fisioterapeuta.
El tratamiento de fisioterapia consiste en terapia manual, diatermia local y ejercicios de flexibilidad. El objetivo es el entrenamiento muscular para aumentar la fuerza y la resistencia mejorando así la calidad de vida del paciente.
La educación terapéutica, la actividad física y el ejercicio terapéutico constituyen el núcleo central del tratamiento de la artrosis.
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