Fisioterapia para la tercera edad

 

Uno de los conceptos erróneos que  se tiene de la fisioterapia es que solo debe ser usada cuando se presentan problemas de salud que requieran de este tratamiento, pero esta es una idea equivocada ya que la fisioterapia en a tercera edad consta de componentes primordiales que permiten mejorar o prevenir situaciones de riesgo.

Destacamos:

Fisioterapia preventiva: las caídas son muy frecuentes en esta etapa. Si podemos adquirir fuerza, equilibrio y una buena amplitud articular las posibilidades de caídas disminuyen considerablemente. Las capacidades motoras y de orientación son fundamentales en su autonomía y autoestima.

Fisioterapia diagnóstica: las dolencias deben ser valoradas y tratadas para aumentar la calidad de vida durante esta fase ya que los cambios fisiológicos y morfológicos requieren un cuidado especial.

Los cambios sufridos por el organismo en la tercer edad afectan:

. El tamaño y la función de los músculos (modificación de la cantidad de agua corporal total);

. La masa metabólica activa;

. La respiración y el aparato cardiovascular;

. El sistema esquelético;

. Los receptores sensoriales;

. La médula ósea y los glóbulos rojos;

. La masa grasa, sobretodo la que envuelve las vísceras (riñones, hígado, etc.);

Los cambios son inevitables, pero está comprobado que los ejercicios físicos y/o terapéuticos modifican el ritmo de muchos de ellos mejorando la calidad de vida. Tu fisioterapeuta te puede orientar en la elección y ejecución de una actividad física adecuada.

El fisioterapeuta es uno de los profesionales de la salud que puede promover mejorías significativas tanto en la prevención de futuros problemas de salud como en la sanación de algunas dolencias propias de la edad.

 

 

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