Tengo una contractura muscular

¿Dolor, rigidez, limitación a la hora de realizar algunos movimientos, inflamación o un bulto que se puede palpar? Quizás tengas una contractura muscular.

Si un músculo aumenta su tensión  ocurre un acortamiento de sus fibras, o simplemente un aumento del tono muscular, que pasa del reposo a uno de trabajo. Si es doloroso, persistente e involuntario, se clasifica como una contractura.

¿Cómo ocurren las contracturas?

Cuando realizamos ciertos movimientos lo normal es que los músculos se estiren y se contraigan naturalmente. Pero si las fibras musculares se contraen y luego no pueden distenderse aparecen las contracturas.

La contracción provoca dolor que a su vez provoca contracción, y el músculo va perdiendo capacidad de relajación.

Causas de las contracturas:

. Postura estática;

. Sedentarismo;

. Edad avanzada;

. Estrés físico y/o emocional: en las situaciones de ansiedad y/o nerviosismo nuestro cuerpo genera sustancias químicas que favorecen que nuestro cuerpo se contracture;

. Exceso de deporte, malas practicas o gestos repetitivos;

. Alimentación deficiente: carencia de potasio y magnesio;

. Deshidratación;

. Coger demasiado frío;

. Mala postura al dormir.

Ponte en manos de tu fisioterapeuta:

El masaje terapéutico relaja la musculatura y aumenta el aporte de sangre reparando los tejidos.

También es recomendable en algunos casos la punción seca para liberar tensiones actuando directamente sobre puntos gatillo.

Si tienes una contractura no esperes más, no debemos tomarnos el dolor como algo cotidiano. El dolor es una alerta que nos envía nuestro cuerpo para informarnos de que algo no va bien.

 

 

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