La electroestimulación craneal se utiliza en el tratamiento de numerosas patologías. Hoy queremos destacar el trastorno por déficit de atención, TDAH con o sin hiperactividad.
Los niños que lo padecen presentan dificultades en el área comportamental, cognitivo y socioemocional. Mantener la atención, controlar la impulsividad y ajustar las actividades son sus grandes enemigos. La falta de estas habilidades generan diversos problemas en general, sobre todo en el área del aprendizaje.
La electroestimulación craneal, aliada a otros tipos de terapia, resulta muy eficaz en el tratamiento de los trastornos por déficit de atención ya que mejoran las funciones cognitivas superiores: memoria de trabajo,
atención,
aprendizaje,
lenguaje y coordinación.
Electroestimulación craneal:
A través de una corriente eléctrica constante de baja intensidad, aplicada en el área cerebral de interés, se colocan los electrodos, positivo y negativo. El positivo aumentará la excitabilidad neuronal consiguiendo aumentar la actividad de esa región cerebral y el negativo disminuirá la excitabilidad neuronal del área y con ello su actividad. Se controla el tipo y la intensidad de la estimulación.
Esta técnica tiene la capacidad de modular la actividad de las neuronas consiguiendo un incremento en la ejecución y la capacidad cerebral. Es decir, que, definidamente, conseguirás la mejor y más capaz versión de ti mismo.
Gracias a los cambios provocados en la actividad de las neuronas, esta técnica ayuda a alcanzar un mejor nivel de funcionamiento cerebral y personal.
La plasticidad cerebral:
La base del aprendizaje y de las funciones cognitivas es la plasticidad cerebral. Este término hace referencia a la capacidad del cerebro de cambiar y modificarse a lo largo de toda nuestra vida.
Mediante técnicas como la Estimulación Eléctrica Transcraneal podemos reconducir estos cambios cerebrales, modificando el potencial de membrana de la neurona: induce la plasticidad cerebral y facilita la rehabilitación de las áreas dañadas o disfuncionales.
Las neuronas y su comportamiento:
Cuando un grupo de neuronas se activan al mismo tiempo tienden a cambiar información entre ellas. Si esto se repite con frecuencia, las neuronas no solo cambian información, sino que buscan una unión más intensa con las que se activan a la vez. Este aumento de la probabilidad de activarse juntas se traduce en la creación de ramificaciones neuronales más estables y próximas, favoreciendo la plasticidad cerebral.
Tal y como descubrió el médico español Santiago Ramón y Cajal, el cerebro no está compuesto por una maraña de células compactadas que forman una sola estructura, sino que son cuerpos microscópicos con autonomía y físicamente separadas las unas de las otras que envían información sin llegar a unirse entre sí de manera definitiva.
La neuroestimulación craneal posibilita que el cerebro se reorganice mediante la formación de nuevas conexiones neuronales en respuesta a actividades y situaciones novedosas.